jueves, 12 de junio de 2008

No quiero ser el herrero que repara la armadura del gladiador herido en la batalla. Fragua a la que vuelve cada vez que necesita un arreglo para, de nuevo, hacerse fuerte.
Si puedo elegir, prefiero ser armadura, contra la que estallen las espadas, y ser de un acero tan fuerte y noble que no ceda ni un milímetro a los envites de las armas, y nunca más el guerrero sentirse dañado y débil...

La Hermanita de la Caridad

martes, 3 de junio de 2008

Estos días no sé qué escribir.
Sería tan duro ver lo que siento escrito en un soporte tangible, que no me atrevo. Tal vez, mientras sólo esté en mi cabeza (más bien, en mi corazón), no consiga hacerse fuerte y superarme, vencer mis fuerzas y doblegar mis ánimos. A lo mejor se ahoga ahí dentro y se hace pequeñito hasta desaparecer. Aunque, quizás, necesito que crezca, que salga de mi, que me empuje y me tire al precipicio.
La Hermanita de la Caridad
Blog Widget by LinkWithin