domingo, 19 de julio de 2009

Yo no soy un teletubbie

Anoche llegué de la playa, donde he estado todo el fin de semana sin preocuparme ni pensar en nada, relajándome entre el mar y la piscina, y me ha sentado muy bien.
Antes de venirnos, estuvimos cenando con una pareja de buenos amigos y, en una charla bastante distendida él, de repente, suelta: "... Yo no soy un teletubbie...". Casi me muero de la risa, no podía creer que esa frase saliera de la boca de una persona, y que esas palabras pudieran ordenarse de manera tal que saliera esa afirmación.

En fin, que la frase, aunque no lo creáis es bastante reveladora y significa más de lo que pueda parecer en un primer momento.

No debemos ser simples y arreglarlo todo con cancioncitas y abrazos, hay que pelear por lo que queremos.

No tenemos que tener miedo ni esconder nuestros sentimientos, nuestras decepciones, nuestras frustraciones, hay que sacarlas fuera, gritarlas fuerte.

No necesitamos ser dóciles ni sumisos para ser buenas personas, para que nos quieran. Sólo tenemos que ser nosotros mismos, expresarnos y que nos entiendan y nos quieran así.

No podemos desear a un teletubbie como pareja con la que compartir nuestra vida, y esperar que todo lo que gire a nuestro alrededor sea de colores.

Tampoco tenemos que criar hijos teletubbies, sino enseñarles unos valores y que aprendan a defenderlos, a luchar por ellos.

No esperemos tener una familia teletubbie porque no existe, gracias a Dios.

No creáis que nuestros amigos son teletubbies ya que, entre ellos, también existen enemigos ante los que hay que reaccionar.

Os invito a todos a que digáis bien fuerte: "¡Yo no soy un teletubbie!"

jueves, 9 de julio de 2009

Me he decidido (Trabajo Social)

Nunca tuve claro lo que iba a estudiar cuando me llegara el momento. Desde siempre me han gustado mucho las matemáticas, pero también los idiomas... y un montón de cosas más.

Fijaos si no lo tenía claro que llegué al instituto sin saberlo y, cuando me tocó decidir la rama de bachiller que iba a escoger, me decanté por la de ciencias, ya que no se me ocurría otro tipo de carrera que me pudiera gustar. Por esos tiempos, pensaba estudiar Matemáticas o Ciencias de Mar, o algo parecido.

Pero fue pasando el curso y empecé a mirar las posibles carreras y... allí la vi, como una revelación: Turismo. Estuve mirando la asignaturas y demás y me pareció muy atractiva. A esta carrera se podía acceder desde cualquier bachiller pero, estaba claro que había más facilidades para persona que venían del de Ciencias Sociales, ya que algunas asignaturas coincidían y esto te daba una base que te facilitaba luego el estudio de las mismas.

Hablé con mi tutor, pero me dijo que ya estábamos a final del curso y que era imposible cambiarme, igual de imposible que hacer un 2º de bachiller de sociales. Pero, aún había una posibilidad, aunque a todo el mundo le parecía una locura: en el mes que quedaba de curso, prepararme las asignaturas que debía haber dado en todo el año, y hacer todos los exámenes (yo ya había aprobado las de Ciencias). Me recomendaron que no lo hiciera, pero soy bastante cabezona. La verdad es que me ayudaron mucho, compañeros facilitándome sus apuntes y profesores haciendo un sobreesfuerzo (amén de engañar un poco al inspector, que no estaba para nada de acuerdo con esta operación). El resultado: aprobé con bastante buena nota y al año siguiente pude hacer el segundo curso de esta rama.

Luego llegó mi lucha con la selectividad. Yo no quería hacerla, no por nada, sino porque, en Huelva, mi carrera solo existía en la universidad privada, y no era necesaria. Pero me aconsejaron hacerla, saqué muy buena nota y me alegro mucho de haberlo hecho.

En fin, estudié Turismo y, entre medias, Auxiliar o Azafata de vuelo. Desde que terminé, la verdad es que no me he pasado grandes periodos de tiempo sin trabajar. Además, he sido muy feliz haciendo este tipo de trabajo que me ha permitido estar en contacto directo con el público y me ha acercado a grandes amigos que, en otras circunstancias, nunca hubiese conocido.

Con todo esto quiero decir que no me he equivocado en mi elección, aunque fuese tardía. Pero, desde que salí de la universidad siempre he dicho que quería estudiar otra carrera. Por ninguna razón en concreto, sino porque me gusta estudiar, me lo paso bien. Lo que pasa es que nunca he decidido cuál sería esa carrera. Ya todos sabéis que me gusta Periodismo, pero no lo tenía del todo claro.

Es este año (hace un mes) cuando me he puesto a mirarlo en serio, ya que no quiero esperar más porque no quiero estar tampoco toda la vida arrastrando una carrera.

En fin, que estuve viendo las posibilidades y, al estar trabajando, la mejor opción sería hacer la carrera a distancia, lo que me permite una mayor flexibilidad. Y, además, decidí que tendría que ser una carrera de tres años (Periodismo descartado) para no cansarme y abandonarla. A parte, yo ya he decidido mi campo de trabajo, quería una titulación no como finalidad para encontrar un trabajo, sino para aprender, para conocer, unos estudios que me ayudaran a mí como persona.

Le he estado echando un vistazo a las posibilidades y, sin ninguna duda, ya lo tengo claro. Este año voy a matriularme en Trabajo Social por la UNED. Una carrera que tiene unas asignaturas tan humanas como las relacionadas con la pobreza, violencia de género, salud y vejez, la inmigración, drogadicción, trabajo con discapacitados y, en general,con todos los grupos en riesgo de exclusión que existen en la sociedad. Me parece una carrera que me puede ayudar a comprender la situación real (si es que se puede comprender).

De hecho, luego he estado pensando que no me importaría, en un futuro, ejercer en alguno de los campos de acción que esta titulación te brinda.

Así que, ya sabéis, Hermanita vuelve a la Universidad!

martes, 7 de julio de 2009

¿Ya nadie sabe escribir?

Hoy escribo indignada, la verdad.

Estoy harta de leer cosas y ver que ya la gente no se molesta en escribir bien. Y, por supuesto, no hablo de las personas que, por desgracia, no han tenido la oportunidad de aprender. Esas personas que habrían dado lo que fuera por, en vez de tener que trabajar para poder llevarse algo a la boca, haber tenido un maestro que le hubiese enseñado el arte de plasmar ideas sobre el papel. Aunque estas ideas, en ocasiones, solo fueran su nombre junto al de la niña por la que suspiraba o, una cartita de amor hacia ella.

Hablo en esta ocasión de esos jóvenes, y no tanto, que han tenido esa suerte, que sus familiares se preocuparon de brindarles la alfabetización y ellos se lo pagan analfabetizándolo todo. Y que ahora no son capaces de escribir una sóla frase sin alguna falta ortográfica, o muchas.

Es por esto que se ha venido criticando el uso del teléfono móvil y su lenguaje para el sms pero, no creo que este sea el problema.

Tengo móvil desde hace más de diez años (cuando tenía 15) y, desde entonces, escribo mensajes. Soy capaz de resumir lo inimaginable en 160 caractéres pero, en el resto de mis escritos lo hago bien. No se me han olvidado las reglas de escritura, puntuación, la diferencia entre la ´b´ y la ´v´ y cuándo se utiliza o no nuestra ´h´.

El truco de abreviar se ha venido utilizando desde mucho antes de que se empezara a fraguar el primer teléfono móvil. Los artífices de este "lenguaje", y los que más lo han utilizado, fueron los estudiantes que usaban este método para coger apuntes más rápido. Solo hay que echar un vistazo a mis apuntes de la universidad para ver lo acelerado que era todo...

Pero ahora se sigue escribiendo así en todo momento. Y no digo no poner alguna tilde, o que se te cuele una ´h´ donde no debía ir, o no pongas alguna coma (que a todos nos puede pasar). Hablo de absolutas barbaridades que hacen que me duelan los ojos al leer. Digo que ya no se sabe escribir, que se llega a una universidad sin saber utilizar nuestro lenguaje y se termina una carrera y se sigue igual. Que ya nadie se molesta por enseñar a escribir. Que no se debe terminar el colegio si no sabes hacerlo.

Y creo que el problema es que a esto se le ha ido quitando importancia, que nadie se preocupa por corregirlo, que se creen que pueden llegar a cualquier sitio sin saber escribir, que no les da vergüenza. Siempre he dicho que una buena forma de paliar esto es leer, hay que inculcar el placer por la lectura, que también se está perdiendo.

Y luego nos extrañamos de ver lo que vemos, verlo por la televisión y no darnos cuenta de que lo tenemos en nuestro propio entorno, y criticar sin ver que, a nuestro lado, tenemos hermanos, hijos, amigos, que cometen los mismos errores con total indiferencia. Y leemos los periódicos y nos exasperamos (al menos yo) cuando una noticia está mal redactada, o cuando un titular hace entender otra cosa totalmente distinta por no estar bien expresado.

En fin, por favor, entended que en la escritura reside parte de nuestra libertad.

PD: Esto ha sido porque he entrado en alguna red social, de estas que ahora proliferan, y he tenido que salirme para no seguir escandalizándome.
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