Con una levita y pantalones de cuadros rojos y negros, así apareció Sabina en el escenario. Todo rematado por su inseparable bombín y su cara de canalla, tan de foto.
Un escalofrío, un nube en mis ojos, así reaccionó mi cuerpo al tenerle cerca, al escuchar su voz. Una voz ajada por los años, pero tan fuerte como siempre, tan... perfecta!
Después de la primera impresión, 2 horas y 40 minutos disfrutamos de su música, su "teatrillo" y su planta. 2 horas y 40 minutos de espectáculo entretenido, despreocupado, en el que pude ver a un Sabina dándolo todo, un Sabina simpático y caradura. Pude apreciar el brillo de sus ojos, tras esa coraza de artista consagrado, curtido por los años sobre las tablas. Inigualable!
Todo fue genial, el repetorio (por supuesto, faltaron algunas), la interpretación, la presentación de los músicos (una obra de arte de poesía sabinera), y el público que se trasladó a Granada, completamente entregado al artista.
Mención especial quería hacer a "Marita", primero de todo por su arte, por entrar en el juego del espectáculo y, como no, por ser onubense. Razón más que suficiente para que Sabina se plantee seriamente el traer su gira "Vinagre y Rosas" a Huelva. Esperemos que así sea, porque allí estaré.
Recuerde, maestro: "El movimiento se demuestra cantando".
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Hace 5 años
3 comentarios:
Como vas a hablar tu mal del maestro Sabina!! La gira la acabas haciendola tb
No es de mis favoritos pero tampoco me desagrada.
Un besote guapa y FELIZ NAVIDAD.
Me alegro de encontrarte de nuevo.
Que te digo de Sabinas ... ¡¡Me encanta!!. He tenido la suerte de verlo dos veces en directo y la verdad es que el ambiente en sus conciertos es muy sano y la gente se entrega en seguida a sus canciones y comentarios.
Te deseo unas Navidades llenas de magia y felicidad para toda la familia y este año con bebe incluido.
Te mando un fuerte abrazo
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