lunes, 8 de febrero de 2010

El síndrome Marisol

Hace ya algunos días, un buen amigo tuvo una genialidad, una reflexión que me hizo pensar, un pensamiento muy acertado que describe una actitud ante la vida que toman muchas personas.

Llegamos a la conclusión de que hay personas que sufren el "síndrome Marisol", y que esto les imposibilita tomar la decisión de seguir adelante, armarse de valor y coger el toro por los cuernos.

Pensaréis que me he vuelto loca pero, en cuanto describa los síntomas, seguro que todos conocéis individuos con estas características.

Y es que el boom de los niños prodigio de hace algunas décadas ha hecho mucho daño a nuestra actual juventud. Hemos crecido viendo películas de unos niños que, sin esperárselo ni buscarlo, han sido descubiertos por cazatalentos que han valorado sus capacidades y les han otorgado unas vidas llenas de satisfacciones. Ellos estaban un día cantando mientras hacían las tareas del hogar y, por casualidad, alguien pasó y les escuchó, siendo lo que iban buscando, sin más pruebas ni más trabajo. Todo rodado, sin esfuerzos.

Esto, de manera repetida en nuestras retinas, nos ha hecho creernos la película, pensar que la vida es así, que hay un cazatalentos detrás de una puerta esperándonos.

Voy a describir alguno de los síntomas, tan reveladores para descubrir a cualquier víctima de tan cruel patología:

- Son personas que han acabado su formación hace ya algún tiempo y todavía no han empezado a trabajar.

- Sólo echan curríclums por internet, porque no van a perder el tiempo en ir a entrevistas que no les van a interesar. Aunque yo creo que no quieren salir de casa, para que el cazatalentos les plle allí.

- Si han trabajado alguna vez, abandonan los trabajos porque se sienten explotados, o mal pagados, aunque las condiciones sean normales e, incluso, favorabes.

- Antes de hacer si quiera una entrevista quieren saber cuánto ganarán, y las vacaciones que van a tener.

- Si alguien le facilita un contacto que puede ayudarle a prosperar, no le llaman. Ellos piensan que no tienen que llamar a nadie, sino que debe haber miles de personas deseando hablar con ellos para contratarles.

- Se escudan en que no han estudiado nosécuántos años para acabar haciendo noséqué trabajo. Sin percatarse de que, hoy en día, miles de personas han estudiado lo mismo, durante el mismo tiempo, y realizan ese trabajo que ellos rechazan, con diligencia y alegría.

- Infravaloran la experiencia, no creen que hacer determinado trabajo en un determinado momento puede ser el punto a favor que necesitaban para prosperar laboralmente.

- Rechazan el valor de las prácticas no remuneradas o escasamente pagadas, sin saber que a veces para ganar, hay que perder.

- Piensan que hay personas que un día se han levantado con la suerte de que le han llamado y dado el trabajo de sus vidas.

Ahora, sabiendo todo esto, seguro que encontráis a bastantes sujetos que encajan en el perfil de un "Marisólpata" y podéis intentar ayudarles a superarlo.

Además, todos en un momento u otro de nuestras vidas hemos caído en este problema, pero el coraje, la edad y la experiencia es la única terapia posible para curar dicha afección.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuánta verdad en est post! Y es que para muchas de estas personas...como diría la mismísima Marisol:
la vida es una tómbola, tom, tom, tómbola
de luz y de colo..or de luz y de colo..or

CHOKO

Maru Serrano dijo...

Ordinariaaaaaaa, cambia el enlace a mi blog, ya no es caminos de ida y vuelta ahora se llama fotografía y periodismo. www.fotografiayperiodismo.blogspot.com

Corre corre caballitooooooooo

Blog Widget by LinkWithin