lunes, 11 de junio de 2007

INMIGRANTES

Hace bastante tiempo, al menos tres años, escribí algo sobre la realidad que vive nuestro pueblo con respecto a la inmigración. Hoy en día sigo pensando lo mismo, salvo algunos matices que, con los años y las experiencias se han ido definiendo. Aún así, lo voy a poner tal y como lo escribí:

Me gustaría que cuando salieseis hoy a las calles de nuestro pueblo observáseis a las personas mientras caminan. No caminéis con la cabeza gacha, mirad a la cara a esas personas que se cruzan con nosotros en cada esquina. Y pensad: ¿de cuántos lugares diferentes provienen?, ¿qué habrá pasado en sus vidas para llegar hasta aquí?, ¿por qué?, ¿cómo lo han coseguido?. Seguro que sólo podréis contestar a la primera pregunta que os planteo, porque es en lo único en lo que nos fijamos cuando vemos a una persona, en seguida nos damos cuenta de que no es de Rociana y, a la vez, de que no es de España.
¿De verdad hay que hacer esas distinciones? No sabemos como se sienten esas personas cuando los miramos. Nosotros no nos damos ni cuenta de cuál es la expresión de nuestra cara cuando los observamos, pero ellos lo notan rápidamente. Se han hecho especialistas en adivinar miradas.
Vamos a pensar un poco en nuestros casos (que parece que sólo así somos capaces de entender a otras personas). ¿Quién no conoce a alguna persona que ha tenido que emigrar a otras regiones de España e, incluso, fuera de nuestro país? Son personas que se fueron sin nada, y volvieron con una vida (sólo eso es lo que iban buscando). Pongámonos en su pellejo, es inimaginable el desarraigo que sentían esas personas cuando se iban sólas, sin conocer el lugar ni el idioma, gente normal, que nunca habían salido del lugar dónde vivían. Y a estas personas cuando iban, por ejemplo, a Alemania, no les gustaría que les llamaran "los españolitos" de manera despectiva, que no les miraran, que no les dieran trabajo, que no les ofrecieran su amistad, que desconfiaran de ellos, ...
Pues bien, eso es lo que estamos haciendo nosotros. Afortunadamente ahora nos encontramos en una situación privilegiada (aunque no lo creamos). Nos permitimos el lujo de elegir y desechar algunos trabajos. Personas de otros países vienen buscando trabajo aquí, cosa impensable cuando eran nuestros familiares los que tenían que irse. Nosotros les tachamos de "polacos", "rumanos" o "moros". No nos molestamos en conocerles y saber sus nombres ni sus historias personales. No intentamos enriquecernos con sus vivencias y sus culturas. No sabemos que muchas de las personas que cogen nuestros frutos en el campo (a los que no se les paga lo que merecen), que limpian nuestras casas, que sirven nuestras copas, son personas con una vida difícil, personas con estudios superiores, que han dejado su vida en su país y también a su familia y a sus apoyos personales. Y un día decidieron buscar la vida que querían y merecían, trayendo pocas cosas que les recordaban su pasado. Vinieron, a veces, en condiciones infrahumanas. Pero eso no lo valoramos, lo que significa que no valoramos su vida. Y cuando llegan aquí se encuentran con el rechazo de la mayoría de las personas.
Incluso se ofrecen puesto de trabajo con un requisito: "que la persona sea española". ¡No puede ser! ¿No dice la Constitución (que todos vemos como un tesoro) que no se debe discriminar a las personas por su raza, lengua, religión, sexo,...?
Todo lo que hacen lo miramos con lupa. Generalizamos a todo el colectivo cuando hay problemas con un individuo. Criticamos despiadadamente cuando conocemos el caso de un hombre o mujer que se han enamorado de estos buscadores de sueños, cuestionamos sus razones (¿ya no creemos en el amor?).
Estas personas que se encuentran en nuestro pueblo se intentan integrar, participan de nuestras fiestas, van a los mismos sitios que nosotros, han aprendido rápido y casi a la perfección nuestra lengua. Todos hemos visto a alguno de ellos, por ejemplo, llorar viendo a Nuestra Virgen del Socorro o de los Dolores, y bailar al son de nuestras sevillanas.
Todo esto es una realidad, ¿por qué luchar contra ella?. Aprovechemos y aprendamos de ellos. Sólo así, cuando paseemos por la calle y miremos a la cara a las personas, veremos una rica mezcla cultural y sobre todo, veremos a muchos vecinos y amigos de diferentes procedencias.
Así conseguiremos responder a todas las preguntas que se planteaban al principio, ¿qué cosas han pasado en sus vidas?, ¿por qué están aquí?, y ganaremos todos.

La Hermanita de la Caridad

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Por unas razones u otras, me he visto lejos de mi casa, de mi familia y de la gente que me importa, con desaraigo como dices en tu articulo hermananita, y es verdad que hay muchos que se quejan de no haber trabajo, pero estan rechanzdo trabajos porque no consideren que este a su altura o no paguen lo suficiente.
Estos inmigrantes de los que hablas se agarran a un clavo ardiendo, y para poder comer y tener algo, trabajan de sol a sol en trabajos que algunos españoles rechazan precisamente por el salario, por ser muy duro, porque son muchas horas...
Personalmente me han juzgado por algo que no he hecho, por el simple hecho de pertenecer a un colectivo y ser uno de esos miembros el culpable, no hace falta ser inmigrante para sentirse así, pero como he dicho al principio, he estado lejos de mi casa y he buscado adaptarme, he procurado saber las costumbres de esa ciudad o pueblo y adaptarme, no intento imponer mis normas o costumbres en un sitio extraño al mio.
No por eso digo que tengan que dejar sus costumbres atras, pero no creo que puedan exigir que se pongan sus costumbres, sin mecionar sus derechos, que antes de llegar la patera, aterrizar en el aeropuerto o desembarcar del barco ya saben sus derechos, y lo tienen muy bien aprendidos, pero no todos son derechos ni historias individuales, existen obligaciones para todos. Cada uno tiene su historia, y digo que por muy mala que sea su historia, no tienen derecho a delinquir, robar o violar como hacen muchos, que aqui ya tenemos delincuentes, ladrones y violadores, no necesitamos mas. Existe una ley de extranjeria con una serie de derechos y deberes del extranjero. Mi opinión sobre este tema cambiara cuando todo aquel extranjero que llegue a españa sea por el medio que sea, haga todo lo posible por regularizar su situación legal en españa y trabaje, no me sirve que cuando se encuentra delante de un juez diga que esta buscando trabajo, pero que nadie lo contrata, y menos cuando lleva al menos un año en españa (que se pueda demostrar, si no mas) y aun no ha iniciado ningun tramite para su residencia (habiendo sido detenido en multitud de ocasiones por hurtos y robos con violencia), que historia me puede contar esa persona?. Y me atreveria a decir que el inmigrante que se encuentra legal en españa y tiene su trabajo, no se siente marginado perseguido y juzgado por la mirada de la gente, pero si nos referimos a esos inmigrantes que van con ropa sucia, vieja o deteriorada, a los que no se le ve trabajar nunca, que se les ve frecuentemente por barrios "desfavorecidos", que van con los porros siempre en la mano, es muy dificil no poner caras al mirarlos. Es la realidad, y no somos nosotros los unicos que tienen que aprender, sino que tambien podemos enseñar.

Hermanita de la Caridad dijo...

Ya he dicho al principio del artículo que existen matices en el texto que escribiría a continuación. Estos matices tienen mucho que ver con esos inmigrantes que no hacen nada por legalizar la situación o que no trabajan pq no quieren. Pero pienso que la mayoría no hace eso.
Delincuentes hay en todos los países y de todas las clases sociales. Y gente que fuma porros (que no creo que sean delicuentes ni malos) tb hay en todas partes y clases sociales ( panaderos, carpinteros, policías, banqueros, profesores, médicos, etc)
Ellos tienen derechos y obligaciones, pero nosotros tb, y uno de ellos es el respeto a las personas.

Callejuelo dijo...

Esta claro la mayoría de los inmigrantes vienen a mejorar su situación como un derecho que todos tenemos. Pero claro, como en todos los casos siempre nos quedamos con la visión negativa de algún inmigrante. Pero que en general la gran mayoría viene con ilusión para ahorrar y mejorar su situación en su país de origen. Y por supuesto estoy a favor de que los imnigrantes que vengan sean legales, pero claro no dejo de entender la situación tan desesperante que tienen los inmigrantes patera. Saludos hermanita, que casi me quedo ciego leyendo tu miniletra. Y lo repito de nuevo, Hermanita de la caridad BEATIFICACIÓN YA

Hermanita de la Caridad dijo...

Hay que ver como eres Calle! Lo de beatificarme viene con un premio en metálico? como el nobel o por el estilo? Sí, me di cuenta de que la letra era un poco pequeña, pero después dicen las malas lenguas (jaja) que lo q escribo es mu largo, y por eso lo pongo más chico y parece menos.

Choko dijo...

Estoy de acuerdo con "anónimo" pero también es cierto que no todo es negativo, yo pienso que no por el echo de ser extranjero se le mira raro o "ignora", esto se hace hacia cualquier desconocido. Hay de todo y para todos los gustos...pero pienso que en nuestra localidad la convivencia es perfecta, se ha demostrado y se demuestra día a día.
De todas formas yo con lo arraigao que soy con lo mío no se como lo pasaría fuera de esta tierra (pienso que muy mal) aunque supongo que me adaptaría. Pero tiene que ser complicado.
Un saludito Hermanita!

Hermanita de la Caridad dijo...

Hombre es mu complicao estar lejos de tu gente. Pero hay que pensar q la mayoría viene buscando una vida mejor, d la q no tienen oportunidad en sus países, y no a delinquir.
Besos

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